Los requerimientos de suelo del pistacho exigen un suelo profundo de unos 2 metros, y libre de capas o estratos impermeables, bien sean de roca o arcilla compacta-cristalizada.
La resistencia a la sequía de este frutal está fundada en su capacidad de clavar sus raíces a más de 6 metros.
El suelo ideal serían las vallonadas, con suelos profundos, textura granular de la tierra gruesa (limosa-arenisca) y PH superior a 7.
Una vez seleccionado el terreno apropiado, o finca, se debe proceder a limpiar los márgenes y matorral intermedio, para evitar zonas de maleza o hierbas cerca de la plantación que darían cobijo a insectos que luego podrían dañar el fruto en el árbol y atrapar polen.
La operación más crítica y rentable de esta fase es el ripeado o subsolado especial profundo a un metro o 1,30 metros de profundidad. Esta es la labor más crítica e importante en toda nueva plantación de pistacho.
Proceder al despedregado de piezas que molesten al trabajo del tractor, las piedras pequeñas son favorables al cultivo. La piedra, si es rota o pequeña, no molesta al pistacho.
En este momento es importante tomar muestras del subsuelo meteorizado (a unos 30, 60 y 90 centímetros de profundidad) para proceder a su análisis y establecer un mapa de fertilidad básica de la finca. Muy importante para los futuros planes de abonado.