El matorral de pistacho salvaje con frutos de hasta 1 cm y cerrados es original de Afganistán. Las especies de la familia botánica Pistacea vegetan espontáneamente en los países ribereños del Mediterráneo. En España, las variedades salvajes de Pistacia Vera, Pistacia Lentiscus y Pistacia Therebintus son muy frecuentes al este y sur de la España “verde”.
La variedad Pistacia Vera fue la base, por selección vegetal, de las variedades productivas actuales.
Los grandes productores históricos del Pistacho han sido Irán, Turquía y en mucho menor escala Siria y la área norte del Mediterráneo: Grecia y Sicilia.
Se atribuye a los romanos la expansión del cultivo. Hay referencias legendarias de la Reina de Shaba regalando pistachos al rey Salomón. Los árabes, en la alta Edad Media, contribuyeron a su difusión. Difusión siempre muy relativa y limitada, dadas las grandes dificultades de reproducir las plantas jóvenes.
Existe la leyenda que fue la Inquisición quien mandó arrancar los pistachos de España pero esto no concuerda con los hechos ya que en Israel, así como en Túnez, Libia y Marruecos modernos tampoco había plantaciones de pistacho hasta las recientes implantaciones de nuestro tiempo. La gran dificultad de reproducir las plantas es el primer y básico factor limitante para la expansión del cultivo. Siempre ha sido muy difícil producir árboles de pistacho jóvenes para nuevas plantaciones.
En Sicilia, a las faldas del Etna, hay los restos de plantaciones antiguas de las variedades Napoletana, Bronte y Trabonella. En Siria es famosa la variedad “ Red Aleppo” .
En Grecia nos encontramos con las variedades: Aegina’ (‘Aegenes’) y en Chipre la variedad Larnaca .
En Turquía, las grandes variedades son Uzun’y Kirmizi. El Dr. Celal Kuru ( Gaziantep – Turquía) asesoró al gobierno de Túnez en la reintroducción de variedades turcas en Túnez. El mismo Dr. Kuru nos explicó que este es el origen de las variedades que ahora conocemos como Sfax y Mateur y El Guettar.
El gran productor de Pistachos en el mundo ha sido y sigue siendo Irán. En el Valle de Rafsanjan (unas 200.000 Ha) el pistacho es monocultivo. La variedad Ohadi es la más popular (redondeada y de tamaño mediano a pequeño). Kalehghouchi es la variedad iraní de tamaño muy grande y hermoso fruto.
California ha irrumpido con enorme fuerza en el mercado de la producción mundial de pistachos. Desde 1970 en que se iniciaron en serio las plantaciones a nuestros días, se ha pasado de unas pocas hectáreas experimentales a 60.000 hectáreas. La inmensa mayoría de esta expansión se hizo con portainjertos P.Atlantica (muy seleccionada) y variedades Kerman americana y polinizador Peters (en la actualidad las nuevas plantaciones son con pies HÍBRIDOS UCB-1 y Variedad KERMAN, con Polinizador PETERS ).
Esta expansión tan rápida se consiguió por el gran cambio en la reproducción vegetal de la planta joven por los viveristas californianos. Desarrollo de los portainjertos en macetas e injertado en vivero, plantando árboles injertados desarrollados a la cruz.
En España, aparte de las 300 hectáreas de Lleida originales, tenemos plantaciones en Extremadura, Granada, Almería y en la Manchas, que son jóvenes pero ya productivas. Son unas 700 hectáreas plantadas en total, y una producción anual cercana a las 700 toneladas y se habla de unas 4.000 hectáreas adicionales, plantadas en Castilla La Mancha y de las que aún no se conoce su eficacia de producción.
España importa tradicionalmente alrededor de unas 14.000 toneladas de pistacho al año.
La razón fundamental que el cultivo del pistacho se haya extendido tan lentamente a través de los siglos, es por la dificultad del injerto. Es un árbol endiabladamente difícil de injertar en el campo, y en secano es casi imposible. Nuestras primeras plantaciones tuvieron que injertarse en el campo y aún hoy estamos injertando. Cuando el portainjertos tiene vigor las yemas no son maduras y cuando las yemas son maduras, el árbol portainjertos está parado. Luego existe el problema de la Turpentina, del que hablaremos más adelante. En regadío todo es posible pero incluso en el vivero, nos damos por muy satisfechos cuando en condiciones ideales conseguimos tomas superiores al 70%. Esta es una de las razones (hay muchas otras) por lo que es ideal plantar árboles injertados y desarrollados a la cruz.